Aquí hay un pensamiento para usted: pregúnteles a cien hombres qué tan duro trabajan y luego pregúnteles a sus esposas sobre sus orgasmos.
En esta investigación, informada en la conferencia de American PsychologicalAssociation, los estudiantes de alto rendimiento en el trabajo también tendían a ser los de alto rendimiento en el dormitorio.
Es una buena noticia para los adictos al trabajo, pero pensemos en algunos posibles problemas con esta idea:
- Los de alto rendimiento son más competitivos: ¿es el sexo una competencia?
- ¿Es más probable que las esposas de personas de alto rendimiento mientan en una encuesta de satisfacción sexual?
- ¿Se compensa la culpa por trabajar todas las horas en el dormitorio?
- ¿Se puede medir realmente la satisfacción sexual preguntando sobre «frecuencia e intensidad del orgasmo» y tomando medidas sobre «escalas íntimas»?
- ¿Cuánto durará una relación que gira alrededor del dormitorio?
